Generación Z: los nuevos adolescentes más solidarios y realistas
Adiós a las llamadas
Las redes sociales y aplicaciones de mensajería instantánea han hecho que los jóvenes Z acostumbren a mantener conversaciones con su círculo cercano, pero con la distancia como escudo. Este hábito puede hacer que los niños se muestren más tímidos de lo habitual ante grupos amplios, por lo que los padres debemos animarles a interactuar, al menos en el ámbito familiar. Establece unas normas que prohíban el uso del móvil durante las comidas o mientras se está realizando una actividad en familia.
Sin filtros
Los nuevos adolescentes tienen un acceso ilimitado a todo tipo de información. Por un lado, eso es positivo porque les acerca mucho más a los problemas de su entorno y del mundo -y ha hecho que el número de estos jóvenes que realizan alguna actividad de voluntariado sea mucho mayor a la de la generación anterior-; pero por otro, a veces provoca que vean información no apropiada para su edad. Por este motivo, los padres debemos transmitirles la responsabilidad suficiente para discernir aquellas fuentes a las que pueden tener acceso y a las que no. Hacerles conocedores de los peligros que entraña la Red ayudará a que se muestren más cautos tanto en los contenidos consumidos como en la información que comparten con terceros.
Nuevos amigos
Las estructuras sociales han cambiado. Existe todo un mosaico de familias que van desde la tradicional a la formada por dos padres o dos madres.
Por otro lado, no debe extrañarte que el grupo de amigos de tus hijos sea de lo más heterogéneo debido a la sociedad multicultural en la que ahora vivimos.
Estos cambios debes verlos como algo positivo en el desarrollo social del niño y no cerrarte a sus nuevas amistades, ya que lo único que provocará es que empeore tu relación con ellos y rompas la comunicación.
Vocación
La generación Z estudia también de forma distinta. Si no les gusta o no entienden lo que dice su profesor, buscarán en Internet a alguien que se lo explique mejor. Huyen de la educación formal y aspiran a trabajar en algo con lo que disfruten, aunque no sea un empleo fijo. En este sentido, los padres debemos respetar su decisión para facilitar el diálogo con ellos y serviles de guía para ayudarles en la mejor definición de su futuro. Es importante dejarles expresarse de manera libre, para conseguir que no se sientan juzgados.
Poco apego a lo material
“Estos jóvenes han sido testigos directos de la crisis económica y han visto cómo sus padres tuvieron que cambiar algunos de sus hábitos para adaptarse a su nueva situación”, explica la profesional de la salud, Deanna Marie Mason. Esta situación les ha convertido en personas con poco apego a las posesiones materiales (más allá de pequeños objetos tecnológicos) y más preocupadas por actividades relacionadas con la economía colaborativa: comparten coche en los viajes y utilizan frecuentemente las aplicaciones de compra-venta de bienes de segunda mano.
Fuente: La Generación Z: los nuevos adolescentes más solidarios y realistas | Mía Revista