¿Cómo debe ser la conservación de la leche materna?

Por supuesto que no existe mejor alimento para tu bebé que la leche materna. No obstante, respecto a ella también surgen un montón de dudas y preguntas. Sobre todo, respecto a la extracción y posterior almacenamiento y conservación, por lo que hoy intentaremos aclararlas todas.

A pesar de que como madre siempre quieres estar junto a tu pequeño, no siempre esto puede ser así. En estos casos, tener un banco de leche puede ser tu mejor aliado, especialmente cuando es momento de volver al trabajo.

Recomendaciones para extraer la leche materna

El primer paso siempre será la extracción. Si no lo haces de manera adecuada, corres el riesgo a que se contamine. Por eso, es sumamente importante seguir estas recomendaciones:

  • Manos siempre limpias: Es un poco obvio, pero antes de manipular el sacaleches, debes lavarte adecuadamente las manos.
  • Lávate: Por diferentes razones. Indistintamente uses algunas cremas para los pezones, o la humedad por escapes de leche y el roce de la ropa, es recomendable que antes de la extracción tomes una ducha o al menos laves la zona del pecho.
  • Recipientes esterilizados: Especialmente si guardas la leche en biberones, es necesario esterilizarlos y dejarlos secar perfectamente al aire.

Recomendaciones para congelar la leche materna

Una vez que ya tengas tu leche, tienes dos opciones: Guardarla en la nevera o en el congelador. La diferencia dependerá del tiempo en qué el bebé la tomará.

Si la toma la hará ese mismo día o en menos de una semana, luego de la extracción, la nevera es el lugar indicado. Pero, si tienes mucha leche disponible en tu banco, entonces el congelador es la opción correcta.

Según el tipo de congelador que tengas en casa el tiempo puede ser mayor o menor. Para aquellos que estén integrados a la nevera, podrás mantenerla alrededor de dos semanas como mínimo. Si está separado, los tiempos pueden alcanzar hasta los tres o cuatro meses como máximo.

Recomendaciones para meter la lecha materna en la nevera

En la nevera puede aguantar hasta ocho días, siempre y cuando se encuentre a una temperatura promedio de 4ºC o menos. Procura no ponerla en la puerta del frigorífico, ya que al abrir y cerrar tiende a perder estabilidad la temperatura. En este caso, las zonas del fondo son siempre serán las más indicadas.

Como recomendación extra, intenta tener un cajón o espacio único para la leche materna. De este modo, evitarás que entre en contacto con otros alimentos o bebidas y pueda correr el riesgo de contaminarse.

La razón por la que debes conservarla en la zona más fría es fácil. Cuanto más elevada sea la temperatura, menor tiempo de conservación tendrá. Por eso, una leche fuera de la nevera al menos un par de horas deberá ser desechada.

¿Cómo calcular el tiempo de almacenamiento?

Al hablar de almacenamiento, la temperatura es protagonista. Por ejemplo, puede conservarse hasta 24 horas en espacios con una temperatura de 15º C. Por otra parte, cuando sean superiores a 25º C, apenas aguantará unas pocas horas. Por eso, siempre recomendamos que, si no será consumida de inmediato, es mejor refrigerar lo antes posible.

Cuando se refrigera entre 0º y 4º C, no podrá guardarse más de ocho días. Como ya te hemos dicho, en el congelador los tiempos varían. No obstante, para que te hagas una idea, en temperaturas que se mantengan estables por debajo de los -19º C podrá permanecer hasta seis meses.

Ahora, si la tienes en la nevera y decides congelar, solo podrás hacerlo con aquella que tenga máximo dos días. De lo contrario, no sirve.

Leche materna congelada

Recomendaciones para la descongelación de la leche materna

Para darle al bebé la leche materna almacenada es ideal seguir algunas recomendaciones, como:

  • Evita el microondas y agua hirviendo: Especialmente si está congelada, ya que en ambos casos se pueden ver alteradas las propiedades de la leche. Además, si está muy caliente puede hacer daño al bebé.
  • Pasa del congelador a la nevera: Solo basta con cambiar la leche del congelador a la nevera y dejarla allí alrededor de 12 horas. Luego, sácala y deja que tome temperatura ambiente (unas dos horas).
  • Mezcla muy bien: Una vez que esté descongelada, debes removerla para que se mezcle y quede lista para que tu bebé pueda tomarla.

Por último, pero no menos importante, una vez que la leche haya sido descongelada no puedes volver a congelarla por ninguna razón. Recuerda que sus propiedades no serán las mismas y hay riesgo de contaminación. Lo máximo que puedes mantenerla es 24 horas siempre y cuando se mantenga en la nevera.

Si tienes la leche en la nevera, solo basta con sacarla un par de horas y listo, podrás dársela al bebé.  

Recipientes para la conservación de la leche materna

Son muchas las alternativas entre las que puedes elegir para crear tu banco de leche materna. En el mercado existen diferentes marcas especializadas para tal fin. Te ofrecen desde botes y las más novedosas bolsas.

Bolsas

Son sumamente fiables para asegurar un adecuado almacenamiento de la leche. Traen un apartado donde podrás escribir la fecha de extracción. Además, ocupan mucho menos espacio dentro de la nevera o el congelador.

Quizá su principal “desventaja” es que son de un solo uso, por lo que una vez las emplees, debes desecharlas.

Botes

En su mayoría, se adaptan al sacaleches, especialmente cuando son de la misma marca. Permiten hacer el proceso mucho más rápido y sencillo, sin pensar en traspasar la leche de un envase a otro. Son reciclables, fáciles de tapar y guardar y sumamente tradicionales.

Otro tipo de recipientes

Aunque no han sido creados para tal fin, bien pueden adaptarse sin problemas, tal es el caso de:

  • Recipientes plásticos: Siempre y cuando sean aptos para conservar alimentos, puedes usarlos.
  • Tarros de cristal o vidrio: Igualmente, siempre que vengan debidamente identificados para uso alimentario, son aptos. Debes prestar atención con las tapas, pues en su mayoría son de metal y con el tiempo tienden a oxidarse.

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Sobre la Instructora
Paternidad Proactiva
Dra. Deanna Marie Mason PhD
Mas de 20 años de experiencia clínica ayudando a familias: Licenciada en Enfermería, Máster en Práctica Avanzada de Enfermería: Pedriatric Nurse Practitioner y Doctorado (PhD) en enfermería. Profesora universitaria, especialista en educación del paciente, investigadora pediátrica, colaboración con publicaciones científicas internacionales de primer nivel, actividad filantrópica continuada relacionada con la promoción de la salud y el bienestar, esposa y madre de dos hijos.