Los riesgos de vapear en la adolescencia

Marc y Laura están divorciados y tienen hijos adolescentes. Cuando estos están en casa de Marc, él descubre que guardan cigarrillos electrónicos con sus correspondientes recargas en su cuarto y en sus mochilas. Le preocupa que sus hijos vapeen, pero no consigue averiguar dónde han podido comprar los productos ya que, siendo menores de edad, no pueden adquirirlos en tiendas. Sin embargo, por mucho que les tire los vaporizadores y los cartuchos cada vez que los encuentra, siempre aparecen con otros nuevos cuando vuelven a su casa. Marc se pregunta dónde pueden estar comprando todo ese material.

A muchos padres les preocupa que sus hijos adolescentes vapeen. Mientras que en adultos ya fumadores, vapear puede ayudar a reducir el número de cigarrillos que fuman, entre niños y adolescentes el vapeo contribuye, contrariamente, a que empiecen a fumar. Con su aspecto atractivo y los sabores favoritos de los niños, el vapeo constituye el paso previo a fumar cigarrillos. Y no sólo eso: además del riesgo de convertirse en fumadores, los chicos y chicas se exponen a un riesgo añadido para su salud, que tiene que ver con los líquidos con que se recargan los cigarrillos electrónicos.

A medida que la costumbre de vapear se populariza, aumenta el número de personas sin escrúpulos que venden cartuchos falsificados, los cuales no reúnen las condiciones adecuadas para su uso. Estos cartuchos de recarga falsos se venden en paquetes prácticamente idénticos a los originales, por lo que es muy difícil juzgar la calidad del producto que se va a consumir. Aún más peligroso es el hecho de que estos recambios están manufacturados en fábricas insalubres, no pasan controles de calidad y pueden contener ingredientes que causan daños cuando se inhalan.

Se han dado casos de intoxicaciones graves e incluso muertes consecuencia de inhalar productos de baja calidad. Algunas personas han perecido tras usar cartuchos líquidos que contenían aceites. Inhalar aceite daña el tejido de los pulmones y puede causar daños graves o incluso la muerte. Otros problemas de salud en personas que vapean se han relacionado con los metales liberados al inhalar vapor calentado en dispositivos falsos. Metales tales como el plomo o el mercurio son tóxicos para el organismo humano, y los recambios falsificados no garantizan que su uso sea seguro. Por otra parte, es muy fácil conseguir estos recambios falsificados por internet o comprándolos directamente a personas conocidas.

Los niños y adolescentes corren más riesgo de sufrir daños derivados del vapeo, ya que son más susceptibles de usar dispositivos y recambios de origen irregular que obtienen de fuentes no oficiales, como internet o personas que se los venden directamente. En ninguno de los dos casos se comprueba que el comprador tiene la edad mínima legar (en España, 18 años) para adquirir estos productos.

Los padres pueden ayudar a sus hijos a evitar riesgos innecesarios asociados al vapeo, hablando abiertamente con ellos del tema. Estas conversaciones deben tener por objeto que los chicos y chicas sean conscientes del peligro que supone comprar recambios falsificados. Asimismo, es necesario enfatizar que lo que ponga en el envase no es suficiente para evaluar el nivel de calidad del producto. Por otra parte, conviene tratar de empatizar con la necesidad de los chicos de encajar en los ambientes en que se mueven y ayudarles a poner en práctica formas de resistir a la presión de grupo. Una buena táctica puede consistir en sugerir a vuestros hijos que os pongan a vosotros, los padres, como excusa. Por ejemplo, podrían usar justificaciones tales como:

  • “Es que mi madre me registra la mochila todas las noches, no hay manera de esconder el material”.
  • “Imposible, si mi padre se entera de que vapeo, me mata. Nuestro/a (citar aquí un familiar cercano) murió de cáncer y mi padre se quedó hecho polvo, por eso no quiere ni pensar que yo también vapee o fume.”
  • “No puedo; es que tuve asma de pequeño y, aunque estoy mucho mejor, me han dicho mis padres que si fumo me puede volver; no quiero arriesgarme.”

A medida que los chicos y chicas maduren, serán más capaces de decir claramente lo que quieren, pero al principio esto suele ser difícil, así que puede venir muy bien tener una excusa preparada para poder resistir la presión de grupo.

Vapear es la nueva manera de fumar. Debemos ser sinceros con nuestros hijos e hijas adolescentes, ayudarles a que conozcan los riesgos, apoyarles para que tomen sus propias decisiones y guiarles a la hora de gestionar las delicadas relaciones con sus amigos y la presión de grupo. De esta manera, conseguiremos mantener una relación más cercana con nuestros hijos y, al mismo tiempo, reduciremos el riesgo de que acaben teniendo problemas de salud por vapear.

Fuentes:

Morean, M. E., Kong, G., Camenga, D. R., Cavallo D. A. & Krishnan-Sarin, S. (2015). High school students’ use of electronic cigarettes to vaporize cannabis [Uso de cigarrillos electrónicos para vaporizar cannabis en alumnos de instituto]. Pediatrics 136(4), pp. 611-616.

Rohde, J. A., Noar, S. M., Horvitz, C., Lazard, A. J., Cornacchione Ross, J., & Sutfin, E. L. (2018). The role of knowledge and risk beliefs in adolescent e-cigarette use: A pilot study [El papel del conocimiento y la percepción del riesgo en adolescentes sobre el uso de cigarrillos electrónicos]. International Journal of Environmental Research and Public Health 15, doi: 10.3390/ijerph15040830.

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