La importancia de evitar los azotes como un método de disciplina infantil

Por qué la disciplina física como dar azotes o bofetadas no es aconsejable hoy en día

Concretamente, estos métodos de disciplina continúan asociados con mayores probabilidades de disfuncionalidades físicas y mentales de la salud del futuro adulto, tales como depresión, intentos de suicidio, o el consumo moderado o excesivo de drogas. La relación entre dichos factores se mantiene incluso cuando se mantienen a raya otros tipos de abusos físicos y emocionales.

Por tanto, se extrae que los azotes o bofetadas siempre afectarán negativamente el desarrollo de un niño y no deberían usarse como una técnica parental. Sin embargo, estando tan claro que son dañinos para los niños, ¿por qué los padres continúan usando este método? La razón principal que dan los padres cuando se les pregunta por qué lo hacen es que también ellos fueron azotados cuando eran pequeños. Por lo tanto, no es difícil entender por qué los padres vuelven a los comportamientos que experimentaron cuando eran niños a la hora de aplicar disciplina con sus propios hijos. La única manera de detener esta práctica es que los padres tomen la firme decisión de usar otras estrategias disciplinarias y eviten la vía física.

Durante situaciones estresantes, los padres pueden sentirse abrumados y actuar instintivamente en lugar de ver la situación de forma objetiva, ya que es en momentos como esos momentos en los que la tentativa de aplicar la disciplina física puede ser mayor. Y uno de los principales motivos por los cuales muchos padres se sienten abrumados, o no están seguros de cómo reaccionar ante el comportamiento de sus hijos, es que no comprenden el desarrollo de éstos.

Si desea saber más acerca de lo que puede esperar de su hijo y cómo disciplinarlos de manera efectiva y amorosa, consulte la otra publicación de mi blog titulada: ¿Qué puedo esperar de mi hijo? Disciplina y límites para el niño según su edad.

Algunos consejos de disciplina infantil que le ayudarán a evitar acabar dandos azotes y bofetadas a sus hijos

Algunas estrategias disciplinarias no físicas que resultan efectivas son:

  • Explicarles las expectativas y consecuencias de sus actos
  • Aislarles
  • Distracción
  • Actuar como un buen modelo a seguir
  • Advertencias verbales
  • Establecer límites
  • Refuerzo negativo (por ejemplo, quitarles algo como consecuencia a un mal comportamiento)

La disciplina es una parte necesaria de la niñez porque les enseña a los niños temas importantes como la autoridad, el seguimiento de las reglas, el autocontrol y la responsabilidad.

La disciplina no debería quitarle espontaneidad, felicidad o ánimo a nuestros hijos. Por el contrario, debería darles la libertad de explorar y experimentar la vida dentro de los límites de seguridad que establecemos para ellos.

Por lo tanto, es importante que los métodos que los padres elijan para educar a sus hijos respalden estos objetivos positivos. Es crucial que evitemos estrategias de disciplina que, a corto plazo, corrijan un comportamiento negativo pero, a largo plazo, creen un daño duradero.

La prevención es el único método para evitar que estas situaciones se nos vayan de las manos; tener conocimiento sobre los efectos negativos a largo plazo que los azotes tienen en los niños es el primer paso para que los padres orienten la educación de sus hijos hacia buen puerto.

Y saber que la vía física puede tener consecuencias negativas duraderas y de largo plazo para nuestros hijos ha de convencer a los padres para no utilizar esta técnica. Enfocarse en usar otras formas positivas de disciplina protegerá a nuestros hijos ahora y durante toda su vida. 


Fuentes: 

  • Afifi, T. O, Ford, D., Gershoff, E. T., Merrick, M., Grogan-Kaylor, A., Ports, K. A.,Macmillan, H. L., Holden, G. W., Taylor, C. A., Lee, S. J., & Bennet, R. P. (2017). Spanking and adult mental health impairment: The case for the designation of spanking as an adverse childhood experience. Child Abuse & Neglect 71(Sept.), pp. 24-31.
  • Afifi, T. O., Mota, N. P., Dasiewica, P., MacMillan, H. L. & Sareen J., (2012). Physical punishment and mental disorders: Results from a nationally representative US sample. Pediatrics 130(2), pp. 184-92.
  • Altschul, I., Lee, S. J., & Gershoff, E. T. (2016). Hugs, not hits: Warmth and spanking as predictors of child social competence. Journal of Marriage and Family 78(3), pp. 695-714.
  • Gershoff, E. T. & Grogan-Kaylor, A. (2016). Spanking and child outcomes: Old controversies and new meta-analyses. Journal of Family Psychology 30(4), pp. 453-469.

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