La exposición temprana puede ser la clave para ayudar a tus hijos a evitar alergias alimentarias
Las alergias alimentarias, particularmente a los cacahuetes u otros frutos secos, al pescado y a los huevos, puede ser un motivo de ansiedad para los niños y sus familias. Algunas alergias pueden poner en riesgo incluso la vida de los niños y requieren vigilancia constante para evitar una reacción de consecuencias fatales. Por tanto, las nuevas recomendaciones dirigidas a evitar que los niños desarrollen alergias alimentarias resultan tan oportunas como importantes.
Es recomendable incluir alimentos potencialmente alergénicos desde el embarazo
Una serie de estudios médicos aleatorizados (que constituyen el tipo de investigación médica más riguroso) realizados desde 2008, concluyen que no es beneficioso retrasar la inclusión de alimentos potencialmente alergénicos (como cacahuetes y otros frutos secos, pescado, leche o huevos) en la dieta de los niños. Investigaciones recientes apoyan la idea de incluir esos alérgenos de manera temprana y frecuente. Esto implica, asimismo, la conveniencia de que las madres tomen esos alimentos durante el embarazo, siempre y cuando ellas mismas no sean alérgicas.
Las principales asociaciones de Pediatría recomiendan retrasar la ingesta de alimentos sólidos hasta que el bebé tenga seis meses de edad y su desarrollo lo permita. Hay más información sobre este asunto en el artículo: El riesgo de introducir de forma temprana alimentos sólidos a los pequeños. Por tanto, la recomendación de incluir esos alimentos altamente alergénicos se aplica a bebés de entre seis meses y un año de edad. Además, si la madre no tiene alergia a esos alimentos, puede ingerirlos a lo largo de su embarazo. Así, el bebé tendrá una primera exposición a los mismos mientras aún está en el útero.
Es importante destacar que todos los padres y madres deben trabajar codo con codo con sus médicos de familia y el personal de atención primaria para determinar qué es mejor para cada niño, basándose en el historial de alergias de cada familia y en el estado de salud del bebé. Si existe una historia de alergias previas en la familia, los padres deben acudir a su médico de atención primaria para que dirija y monitorice la introducción de nuevos alimentos en la dieta del niño. Los padres y madres con alto riesgo de padecer alergias, como por ejemplo si existen casos de eccema en la familia, tal vez deberían consultar a un alergólogo especialista antes de dar sus hijos alimentos alergénicos por primera vez.
Algunos consejos que puedo ofrecerte para reducir los riesgos a la hora de introducir alérgenos en la dieta de tu bebé
Además de la dirección y supervisión del médico de familia, existen una serie de consejos actualizados que los padres pueden seguir para minimizar riesgos cuando decidan incluir alérgenos en la dieta de sus bebés:
- No incluir alérgenos en la primera comida sólida que toma el bebé. Es mejor que esta primera toma sólida consista en verduras o frutas en puré, o alimentos a base de cereales.
- Dar alimentos potencialmente alergénicos solo a bebés sanos, que no estén enfermos en ese momento, ni siquiera con procesos infecciosos de las vías respiratorias superiores (con síntomas como tos o congestión nasal).
- La primera toma de este tipo de alimentos debe dárseles en casa, no en restaurantes o en la guardería.
- Es necesario asegurarse de que hay un adulto responsable vigilando posibles reacciones del bebé a esa primera ingesta de alérgenos. No conviene que en ese momento el bebé esté al cuidado de un o una canguro o de un adulto que tenga que vigilar a más de un niño a la vez, como suele ocurrir en las guarderías.
- Vigilar al niño durante suficiente tiempo después de que haya ingerido alérgenos por primera vez, no sólo mientras come. Así se podrá percibir cualquier reacción adversa posterior y actuar de inmediato.
- Es mejor comenzar administrando una pequeña porción de este tipo de alimentos y esperar diez minutos antes de darle el resto de la comida.
- Para evitar el riesgo de atragantamiento, nunca dar mantequilla de cacahuete o de frutos secos directamente a cucharadas, ni dar frutos secos enteros a niños menores de cinco años. Es más seguro extender una capa fina de mantequilla de cacahuete o pasta de frutos secos en un biscote o tostada, para facilitar su deglución.
Aunque las alergias alimentarias son con frecuencia una fuente de preocupación para los padres, existen una serie de recomendaciones que ayudan a reducir el riesgo de desarrollar alergias alimentarias severas, a la vez que explican el mejor modo de incluir ese tipo de alimentos en la dieta infantil.
Fuentes de información:
- Boyce, J.A., Assa’ad, A., Burks, A.W., et al. (2010). Guidelines for the diagnosis and management of food allergy in the United States: A report of the NIAID-sponsored expert panel. Journal of Allergy Clinical Immunology, 126(Suppl 6), pp. S1-S58. doi: 10.1016/j.jaci.2010.10.2017
- Du Toit, G., Roberts, G., Sayre, P.H., et al. (2015). Randomized trial of peanut consumption in infants at risk for peanut allergy. New England Journal of Medicine, 372(9), pp. 803-813. doi: 10.1056/NEJMoa1414850.
- Fleischer, D.M. (2017). Life after LEAP: How to implement advice on introducing peanuts in early infancy. Journal of Paedatric Child Health, 53(Suppl 1), pp. 3-9. doi: 10.1111/jpc.13491.
- Togias, A., Cooper, S.F., Acebal, M.L., et al. (2017). Addendum guidelines for the prevention of peanut allergy in the United States. Report on the National Institute of Allergy and Infectious Diseases-Sponsored Expert Panel. Journal of Pediatric Nursing 32, pp. 91-98. doi: 10.1016/j.pedn.2016.12.006.
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