¿Qué es la lactancia materna prolongada?
Todo el mundo reconoce los grandes beneficios de la lactancia materna para los niños. No obstante, de manera prolongada suele estar mal vista y origina críticas o preocupación por parte del entorno social más cercano de una persona.
Hoy, es atípico amamantar a un bebé más allá del año. Las madres que se aventuran a prolongar la lactancia a su hijo de 2 años o más terminan dudando de sus propias convicciones. Pero en realidad no hay nada de malo en amamantar por más de 12 meses.
Es por eso que aquí respondemos a las preguntas más frecuentes sobre este tema. Hablaremos de cuáles son los beneficios, posibles riesgos y recomendaciones acerca de la lactancia materna prolongada.
¿Cuándo se considera que la lactancia materna es prolongada?
Según la Organización Mundial de la Salud, los primeros 6 meses de vida es la duración mínima para la lactancia materna. Tras este periodo se introducen otros alimentos, pero la leche materna debe seguir siendo el alimento básico durante 1 año. La OMS aconseja a las madres continuar con la lactancia hasta que el niño tenga 2 años o más.
Una vez transcurrido este tiempo, la lactancia se considera prolongada. En algunos contextos sociales, lo es incluso después de los 6 meses. El período ideal estará sujeto al estado de salud de la lactante, sus convicciones y confort o comodidad.
La influencia del entorno no debe intervenir, ya que es una elección personal. Se espera que la familia ofrezca aliento y apoyo, independientemente de la decisión materna.
Hay dos tipos de lactancias prolongadas:
- De 1 a 2 años, con destete gradual para luego pasar al biberón.
- Después de los 2 años, en la que más bien el niño es el que elige cuándo quiere interrumpir las tomas.
¿Es aconsejable la lactancia materna prolongada?
No hay una única respuesta para esto, ya que es una decisión muy personal que debe tomar cada madre. Lo que sí es seguro es que amamantar de forma prolongada no ocasiona ningún daño o problema de salud para el bebé o la madre.
A continuación, explicamos cuáles son los beneficios de dar pecho a bebés mayores de 2 años:
Beneficios de la lactancia materna prolongada
Amamantar a un bebé entre los 6 meses y 1 año les da a las madres la oportunidad de recuperar más rápido su peso antes del embarazo. De hecho, la concepción de la leche requiere mucha energía del cuerpo.
Para el niño, la lactancia materna le ayuda a desarrollar la seguridad emocional que puede sentir y responde a su necesidad de apego. Es un abrazo reconfortante que luego le permite superar las pruebas de descubrir el mundo que lo rodea.
Hoy en día está comprobado que es el alimento más adecuado para los niños pequeños. Para los niños mayores, el beneficio nutricional no es lo principal. Más bien destaca la transmisión de anticuerpos que los protegen de virus e infecciones.
Otras de las principales ventajas que podemos destacar son:
- Aporte de muchos nutrientes que fortalecen el sistema inmunológico del bebé (según un estudio, existe una relación directa entre la concentración de proteína de la leche materna y el crecimiento del bebé).
- En el caso de la madre, ayuda a reducir el riesgo de padecer cáncer de mama o de ovario e incluso de padecer diabetes tipo 2. También ayuda a prevenir la artritis o enfermedades del corazón.
- Proporciona protección inmunitaria al lactante gracias a los anticuerpos que contiene. Lo protegen frente a infecciones y reducen el riesgo de alergia.
- Previene infecciones otorrinolaringológicas y respiratorias si la lactancia materna dura más de 3 meses.
- La parte afectiva del acto, además del aspecto nutricional, también es una razón muy importante.
- La leche materna tiene la capacidad de adaptarse de forma natural según la edad del bebé, la etapa y frecuencia de la lactancia.
- A diferencia de las leches industriales, casi no provoca reacciones alérgicas.
¿Hasta cuándo es aconsejable dar el pecho a tu hijo?
Según las recomendaciones de la OMS, se sugiere que la lactancia materna se haga de acuerdo a las necesidades del niño. Siempre, teniendo en cuenta la comodidad de la madre.
Dar el pecho a partir de los 6 meses requiere un esfuerzo para la madre que no tiene por qué serlo. Si la madre tuviese que dejar de amamantar, la transición a otra forma de alimentación debe vivirse sin un sentimiento de culpa de su parte.
La lactancia debe significar un momento de felicidad con el bebé. La duración ideal dependerá de cada persona, de su comodidad, su contexto particular y sus convicciones.
Algunas madres eligen el momento más adecuado para dejar de amamantar. Otras, prefieren esperar a que su hijo le haga entender que ya no desea amamantar y destetarlo espontáneamente. Es un proceso en el que se debe decidir libremente y con mucha serenidad. En estos casos no hay reglas ni leyes.
Lo más importante es no descuidar las otras formas de comunicación con el bebé. Estas irán evolucionando a medida que crezca y explore su entorno.
¿Existe algún riesgo en la lactancia materna prolongada?
Las ventajas y beneficios de dar pecho de forma prolongada son muchas. No obstante, como todo, cuenta también con algunos riesgos, sobre todo desde el punto de vista emocional, tanto para la madre como para el bebé.
Te presentamos algunas consecuencias de la lactancia prolongada:
- Amamantar puede ser una tarea muy agotadora para la madre y requiere una adaptación del horario. En caso de reincorporación al trabajo, la lactancia prolongada puede ser complicada para adaptar en la rutina del día a día.
- Varios estudios demuestran que este proceso de forma extendida podría perjudicar el desarrollo psicológico del niño y su autonomía. Prolongar esta práctica lo haría dependiente de su madre y le impediría desarrollarse emocionalmente de forma adecuada.
- Es posible que el bebé quiera ser amamantado en momentos extraños y busque consuelo en momentos inadecuados. Esto puede resultar incómodo para la madre en algunas ocasiones.
- Para la madre, la lactancia prolongada puede provocar sequedad vaginal y disminución de la libido. Por eso, es importante verificar con un médico o sexólogo si el problema llegara a presentarse.