El impacto de los videojuegos violentos en el comportamiento infantil
Jonatan y su hermana pequeña, Alicia, están entretenidos jugando con los Legos en su cuarto. Al rato, Jonatan pide permiso a su madre, Nina, para jugar a videojuegos. Elige su nuevo Final Fantasy y, durante cerca de una hora, lucha virtualmente contra otros personajes, usa distintas armas y se mete por completo en el personaje de su avatar. Cuando termina, su madre dice que salga al jardín a jugar con Alicia, y así hacen un poco de ejercicio. Poco después, oye a Alicia gritar y cuando se asoma a la ventana a ver qué ha pasado, encuentra a la pequeña llorando porque Jonatan la ha tirado al suelo de un empujón cuando jugaban a pillar. Nina le pide explicaciones a Jonatan, pero él se defiende diciendo que “es que el juego es así”.
El cambio que Nina ha visto en el comportamiento de Jonatan tras haber jugado a un videojuego violento es, de hecho, bastante típico. Estudios recientes muestran que los niños que juegan con videojuegos de naturaleza violenta tienen asimismo más pensamientos y conductas violentas. Por ejemplo, es habitual pensar que está bien golpear a otros niños o fantasear con darle un puñetazo a alguien que no les cae bien. Del mismo modo, estos niños muestran un comportamiento más agresivo con otros niños y con los adultos después de jugar con videojuegos de contenido violento. Los investigadores concluyen que esas conductas con consecuencia del mundo virtual que recrea el videojuego.
Lo cierto es que los videojuegos son uno de los entretenimientos favoritos de los niños, sobre todo de los varones. Por eso, puede resultar difícil para los padres elegir videojuegos adecuados para sus hijos, ya que no todos son apropiados debido a su contenido, a la temática o a los gráficos. Sin embargo, la oferta que existe en el mercado es tan inmensa que resulta imposible que los padres puedan probar todos los juegos antes de decidir si son adecuados o no.
Por suerte, existen varias instituciones que han creado clasificaciones de videojuegos, como el Pan European Game Information (PEGI), consensuado para 38 países europeos y que propone tanto clasificación de idoneidad por edades, como etiquetas con referencia al contenido. Así, el archiconocido Fortnite tiene un índice PEGI de 12 (adecuado para niños de 12 años o mayores, debido a “frecuentes escenas de violencia moderada”). El equivalente en EE.UU. es el Entertainment Software Rating Board (ESRB) o, en español, el comité de clasificación de software de entretenimiento. Según sus criterios, el mismo Fortnite está etiquetado con una “T” de “teens”, que indica que es un juego para adolescentes debido a su violencia.
La web del ESRB incluye una completa guía (en inglés, español y francés) que ofrece información concisa y objetiva acerca del contenido de videojuegos y apps de juegos, de manera que los consumidores, y en particular los padres con hijos menores, puedan saber qué compran para sus hijos. La información se estructura en torno a tres criterios:
Categorías de clasificación, que reflejan la idoneidad de cada juego en función de la edad del jugador. También indican si hay un mínimo de edad para un juego o aplicación concretos, por parte de los productores.
Descriptores de contenido que indican que aspectos incluyen en la clasificación anterior o si hay detalles específicos que se deben tener en cuenta.
Elementos interactivos que pueden estar presentes en el juego, como la posibilidad de jugar con otros jugadores online, o si el juego requiere dar datos de localización o información personal que pueda ser accesible a terceros, como se ve en este gráfico de ejemplo:
Además, como fuente extra de información, en la mayoría de las cajas de los videojuegos hay impresos unos resúmenes de clasificación, con información detallada del tipo de contenido que ha decidido su clasificación. También se puede consultar esta lista de clasificaciones a través de una App gratuita descargable en Apple y Android.
Categorías de clasificación (consultar directamente en la web en español aquí)
INFANCIA TEMPRANA El contenido está específicamente diseñado para niños pequeños | ||||
TODOS El contenido por lo general es apto para todas las edades. Puede que contenga una cantidad mínima de violencia moderada en forma de dibujos animados o fantasía, y/o uso poco frecuente de lenguaje moderado. | ||||
TODOS +10 El contenido por lo general es apto para personas de 10 años o más. Puede que contenga algo más de violencia moderada en forma de dibujos animados o fantasía, y/o uso de lenguaje moderado y/o temas mínimamente provocativos. | ||||
ADOLESCENTES El contenido por lo general es apto para personas de 13 años o más. Puede que contenga violencia, temas provocativos, humor grueso, un mínimo de sangre, apuestas simuladas (sin dinero real) y/o uso infrecuente de lenguaje ofensivo. | ||||
JOVENES MADUROS El contenido por lo general es apto para personas de 17 años o más. Puede incluir violencia intensa, derramamiento de sangre y mutilaciones, contenido sexual y/o lenguaje ofensivo. | ||||
SOLO PARA ADULTOS El contenido es solamente apto para adultos de 18 años o más. Puede incluir escenas prolongadas de gran violencia, contenido sexual explícito y/o la posibilidad de apostar con dinero real. | ||||
PENDIENTE DE CLASIFICACIÓN Juego que aún no tiene asignada una categoría. Este descriptor solo aparece en campañas de marketing y material promocional de juegos antes de ser clasificados (y entonces se cambiará por la etiqueta correspondiente a la categoría asignada) . | ||||
Teniendo en cuenta lo que dicen las investigaciones recientes sobre el efecto de videojuegos violentos en el comportamiento de los niños, las clasificaciones de la ESRB o agencias similares resultan una herramienta de consulta muy útil para poder elegir, con conocimiento de causa, qué videojuegos comprar a nuestros hijos, de entre la amplia oferta disponible. Sin embargo, no olvidemos que ninguna clasificación puede sustituir a la interacción directa de los progenitores con cada videojuego, ni a las reacciones propias de cada niño. Cada familia tiene un nivel de tolerancia hacia cada tipo de contenido y hacia lo que considera aceptable o no para sus hijos. Del mismo modo, cada niño o niña reacciona de manera diferente a contenidos violentos. Por esto, independientemente de la clasificación ESRB o PEGI de un videojuego, lo que de verdad debe pesar en la decisión de los padres a la hora de elegir el más apropiado para sus hijos, es su criterio y su conocimiento del comportamiento de los niños.
Los estudios muestran que los niños tienen pensamientos y conductas más agresivas después de jugar a videojuegos violentos. Según se cree, esto se debe a que la fantasía del videojuego muestra un mundo en el que se pueden llevar a cabo acciones violentas y agresivas sin consecuencias negativas.
Por otra parte, es innegable que los videojuegos son parte del ocio de los niños y niñas, y que pueden pueden disfrutarlos con moderación, en función del desarrollo y la sensibilidad de cada uno. Por ello, a la hora de elegir los más adecuados para que nuestros hijos disfruten, sin perjuicio para su desarrollo psicológico y emocional, los sistemas de clasificación de videojuegos pueden ayudarnos, al menos, a hacer una primera criba. A partir de ahí, deberemos monitorizar el contenido del videojuego elegido y las reacciones del niño después de jugar. Si en este momento descubrimos que el juego no es adecuado, siempre podremos sustituirlo por otro de los que habíamos seleccionado anteriormente para, así, salvaguardar su equilibrio emocional.