El misterio de la innovación educativa
Innovar en educación no es sólo integrar la tecnología en las aulas, el cambio debe ser más profundo y centrado en el niño como protagonista del aprendizaje. La innovación educativa, para ser verdaderamente novedosa, tiene que venir de la mano de un cambio de paradigma educativo.
En el caso de España por ejemplo, prácticamente cada legislatura supone la creación de una nueva ley de educación, un nuevo maquillaje para la misma base de fondo. Incentivar la educación es el mejor modo de motivar a los niños y la paternidad proactiva es uno de los mejores mecanismos, ya que apoya a los niños desde la infancia.
A lo largo de la historia han ido cambiando los medios educativos, y lo que hace 50 años era efectivo y lícito, en la actualidad se considera anticuado y poco fructífero. Y es que, mientras los gustos y hábitos de los jóvenes van cambiando, también han de hacerlo las técnicas pedagógicas.
En los últimos años, mucho se ha hablado del fracaso escolar. En concreto en España, aproximadamente el 20% de los jóvenes entre 18 y 24 años ha abandonado los estudios sin haber llegado incluso a obtener el graduado escolar. Cifra que está muy por encima de la media europea, que se sitúa en el 11%. Pero esta problemática va más allá de jóvenes rebeldes que prefieren invertir su tiempo en otros asuntos, sino que existe un problema real de motivación.
Cómo motivar a los niños desde la innovación educativa
En este escenario en el que los jóvenes ya desde su niñez no sienten interés hacia los estudios y que la nueva innovación educativa se va integrando poco a poco en las aulas, ¿qué se puede hacer desde las familias?
- Método de aprendizaje. Casi más importante que las asignaturas que estudian es la actitud que muestren. Los padres deben enseñar a los niños que su educación es importante y casi un privilegio, ya que hay miles de niños en el mundo que no pueden ni siquiera aprender a leer y que deben sentirse orgullosos de tener acceso a esos recursos culturales.
- Los modelos basados en los libros de texto, deberes y evaluación ya están obsoletos. Si bien es bastante complicado adaptar las clases a cada necesidad particular del niño, los profesores sí han de tener la capacidad de adaptar su rutina diaria. Es decir, introducir cambios a esta estructura tradicional: juegos, actividades al aire libre, debates, o clases más distendidas, son algunas de las nuevas prácticas que, se ha demostrado, ayudan a asimilar mejor los conceptos.
- Fomento de valores. Más allá de aportar conocimientos, tanto los padres como los educadores deben inculcar valores como la autoconfianza, autoestima, esfuerzo, voluntad, adaptación* Los jóvenes deben aprender desde la infancia este tipo de actitudes positivas, han de entender lo importante de superarse a sí mismos y lograr avanzar en sus metas. De esta manera, aprenderán desde pequeños la importancia de buscar soluciones a sus problemas o pedir ayuda cuando lo necesiten.
- Implicación familiar. Las jornadas laborales de los padres en muchas ocasiones dificultan la conciliación, y por este motivo participan en las actividades de sus hijos menos de lo que les gustaría en realidad. En estos casos, los progenitores se sienten fuera del ámbito escolar y lo suplen, en ocasiones, por un exceso de control de los deberes u otras actividades. Sin embargo, han de entender que las labores del colegio son responsabilidad de los niños y que, si bien es importante darles apoyo y ayudarles cuando les surjan dificultades, deben darles también libertad para que el pequeño adquiera la capacidad de dirigir su propio estudio.
- Pensamiento propio. Dentro de estas actividades es importante enseñar a los niños a pensar. De nada sirve que los pequeños aprendan lecciones de memoria y las suelten luego en un examen, sino que los padres deben transmitir un modo de pensar. Deben aprender a asimilar conceptos y luego aplicarlos en su vida. Como segunda parte, se puede llegar a pedir en el centro que apoyen este tipo de acciones, pero el primer paso ha de ser siempre en el hogar.
Con estos pequeños cambios podremos, poco a poco, hacer más atractiva la formación para los jóvenes, mostrándoles los beneficios que les aportará en su futuro y ofreciéndoles alternativas adaptadas tanto a sus necesidades como gustos.
Deanna Marie Mason
Fuente: El misterio de la innovación educativa | CONCAPA Navarra