Pronombres transgénero

Sara, de 17 años, trae a su mejor amiga, Alex, a una reunión familiar. La tía de Sara ve que Alex va a la nevera a por un refresco y le comenta a su sobrina: “¿Qué tal Alex, cómo le va?” “Oh, muy bien,” contesta Sara. “Está muy contente.” La tía de Sara, sorprendida, pregunta: “¿Contente? ¿Qué quieres decir? ¿Que está contenta?” Sara se da cuenta de que su tía no se ha dado cuenta de que Alex es una persona con identidad de género no binaria, y le explica: “Es que Alex no es él ni ella, es intergénero y prefiere que no usemos pronombres de género para dirigirnos a elle.” Ése es el principio de una charla más larga con su tía, que hace muchas preguntas y al final reconoce: “Bueno, creo que lo entiendo un poco mejor y voy a intentar dirigirme a Alex como elle prefiere, pero igual me va a llevar un tiempo acostumbrarme.”

 

Una serie de estudios muestran que el uso incorrecto de pronombres no correspondientes a una percepción de género, pueden dañar la autoestima de estas personas, de la misma manera que lo harían si les llamásemos por un nombre que no es el suyo o que no les gusta. Por tanto, es necesario que progenitores, equipos docentes y, en general, todas las personas adultas que trabajan con jóvenes entiendan la importancia de usar los pronombres personales correctos cuando tratamos con adolescentes que se identifican como transgénero o con diversidad de género.

Los jóvenes transgénero se toman muy en serio los pronombres personales que se usan para describirlos. En muchos idiomas, como el español, cuando nos dirigimos a alguien en tercera persona, usamos un pronombre de género masculino o femenino, en función del aspecto físico de ese alguien en cuestión.  En muchos casos[1], los chicos y chicas trans con una identidad de género definida como masculina o femenina, quieren ser denominados con palabras del género con el que se identifican. Sin embargo, la situación resulta mucho más problemática para adolescentes transgénero con una imagen personal que no corresponde claramente al aspecto físico que comúnmente asociamos al género masculino, ni al femenino.  Estes adolescentes a menudo prefieren ser identificados con pronombres sin referencias de género.

En español tradicional la posibilidad de pronombres personales sin género no existe, o al menos no está recogida en el Diccionario de la Real Academia, que sólo encuentra las pronombres masculinos o femeninos para dirigirnos a otras personas, y que además entiende que el plural genérico para referirse a un grupo de personas de diversos géneros o sin distinción de género, es el masculino (por ejemplo, se habla de “los estudiantes”, aunque el colectivo englobe a personas de todos los géneros). Sin embargo, el lenguaje es dinámico y, aunque resulte una forma nueva o incluso chocante, es posible dirigirse a una persona usando pronombres “no binarios” y sin referencia a un género específico. En español, estos pronombres se forman añadiendo o sustituyendo la vocal que refiere al género por una “e”. De esta forma, podemos referirnos a una persona no binaria (intergénero, de género fluido u otras formas) como “elle” y, a un grupo, como “elles”. Del mismo modo, en los adjetivos donde existe una diferencia en función del género, como en el caso de “contentos” y “contentas”, se usaría “contentes”.  Por supuesto, sería inaceptable referirnos a una persona no binaria como “eso”, como si fuera un objeto no identificado.

Una persona trans, según el diccionario de español jurídico de la RAE, es aquella que se identifica con un sexo diferente o que expresa su identidad sexual de manera diferente al sexo que le asignaron al nacer. Esta es una definición generalista, pero superada por la realidad llena de matices de aquellos que se identifican con la diversidad de género.  LA Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales coincide en su definición con la Sociedad de Psicología Americana (en inglés, conocida por las siglas APA) y explica que el de “Persona TRANS es un término paraguas, general e inclusivo, que engloba a aquellas personas cuya identidad y/o expresión de género es diferente de las expectativas culturales basadas en el sexo que se les asignó al nacer, e incluye personas transexuales, transgéneros, personas trans no binarias, con expresión de género fluido y otras variaciones de género.”

Por otra parte, en su quinta edición, el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), que es la guía global de enfermedades mentales, eliminó el “trastorno de identidad de género” en 2013. En su lugar, se añadió un diagnostico denominado “disforia de género” para tratar a aquellos individuos transgénero que sienten malestar, disgusto o ansiedad debido a la disparidad entre su identidad de género y su cuerpo. Este nuevo diagnóstico ayuda a mostrar que la diferencia entre el sexo asignado al nacer y la identidad de género no es una patología. Por consiguiente, el cambio de percepción ha llevado a enfocar el tratamiento de estas personas, que ya no busca arreglar un desorden, sino aliviar su malestar ante esta disparidad.

En Estados Unidos[2], aunque todavía no existen suficientes datos a nivel nacional sobre jóvenes TRANS, sí hay estudios de ámbito más local, que muestran que el 3% de estudiantes de instituto se identifican como transgénero, intergénero, de género fluido o inseguros acerca de su identidad sexual. Los, las y les adolescentes transgénero tienen más probabilidades que sus colegas de incurrir en comportamientos de riesgo para su salud y de sufrir desórdenes emocionales. Por desgracia, un 31% de estudiantes transgénero afirman haber intentado suicidarse, lo que supone cuatro veces más que los no transgénero.

Como mencionábamos antes, usar pronombres no binarios para dirigirnos a una persona puede resultar chocante y confuso; seguramente nos va a sonar raro. Pero para estas personas puede marcar una enorme diferencia en lo que sienten sobre sí mismos y en su lugar en el mundo. Después de todo, como todos los adolescentes, están intentando encontrar su sitio en todos los contextos de su vida: la familia, los amigos y la comunidad en que viven.

A continuación, aprendamos algunas cosas que podemos hacer para ayudarles a sentirse aceptados y valorados, para aliviar su angustia y para evitar que desarrollen ideas suicidas:

  • Lo primero, es preguntarles sencillamente cómo prefieren que nos dirijamos a ellos, ellas o elles, y usar esa forma.
    • Cuando usamos el pronombre que prefieren, se sienten apoyados (apoyades), menos angustiados (angustiades) y validados (validades) en la manera en que expresan su identidad de género.
  • Si nos equivocamos al usar un pronombre, o si usamos el pronombre que esta persona considera incorrecto, lo mejor es pedir disculpas y corregirlo.
    • Los adolescentes trans saben que “sus” pronombres van en contra del uso común de la lengua y de las identidades de genero comúnmente asumidas, así que entenderán que nos puede llevar un tiempo acostumbrarnos.
    • Lo que cuenta es nuestra intención de usar los pronombres que prefieren; no esperan que lo hagamos a la perfección desde el principio.
    • Los adolescentes trans agradecen que otras personas expliquen brevemente qué pronombres usar a quienes no saben aún cómo dirigirse a elles, tal como hizo Sara con su tía en el ejemplo descrito al comienzo de este artículo.
  • Seamos conscientes, por otra parte, de que las personas trans a veces tienen que evitar usar los pronombres que realmente prefieren en según qué contextos y situaciones, por motivos de seguridad.
    • Las personas lesbianas, gais, bisexuales o trans, especialmente si son jóvenes, corren más riesgo de sufrir violencia causada por la intolerancia y la discriminación. Son tristemente conscientes de los riesgos y por tanto a veces solo usan los pronombres no binarios en entornos que consideran seguros.
      • Según un muestreo a nivel nacional, el 10% de las personas transgénero que reconocieron abiertamente su condición a su entorno familiar, sufrieron la reacción violenta de algún pariente, y el 8% fueron expulsados de la familia.

Por último, hay que tener en cuenta que no todas las personas trans dan el mismo significado a los pronombres, y que su percepción de éstos puede no ser la misma que comúnmente se asume en sociedad. Además, por definición, un adolescente es una persona en proceso de desarrollo, así que deberemos ser flexibles y aceptar que tal vez su opción de usar unos pronombres u otros cambie con el tiempo. Si estamos atentos, hablamos con ellos, ellas o elles con regularidad y preguntamos qué pronombres prefieren que usemos, podremos saber en qué punto de su desarrollo están y cómo se identifican a sí mismos en ese momento.

Como escribió William Shakespeare en uno de los mejores pasajes de Romeo y Julieta: “¿Qué hay en un nombre? Eso que llamamos rosa tendría la misma fragancia con cualquier otro nombre.” Los nombres por los que llamamos a las cosas no afectan a lo que realmente son. Podemos apoyar a los, las y les jóvenes trans, usando los pronombres que prefieran y respetando el conocimiento innato que tienen de sí mismos. De esta manera les haremos sentir que cuentan con nuestra aprobación y podrán continuar más seguros en su camino a través de la adolescencia.

[1] En otros casos, personas trans con una identificación de genero masculina o femenina pueden no obstante preferir el uso de pronombres no binarios como forma de expresión más igualitaria o solidaria con todas las opciones y expresiones de género.

[2] (N. del T.):  Estados Unidos es el país en que la autora ha basado la mayor parte del trabajo de investigación que ha dado lugar a este artículo.

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Sobre la Instructora
Paternidad Proactiva
Dra. Deanna Marie Mason PhD
Mas de 20 años de experiencia clínica ayudando a familias: Licenciada en Enfermería, Máster en Práctica Avanzada de Enfermería: Pedriatric Nurse Practitioner y Doctorado (PhD) en enfermería. Profesora universitaria, especialista en educación del paciente, investigadora pediátrica, colaboración con publicaciones científicas internacionales de primer nivel, actividad filantrópica continuada relacionada con la promoción de la salud y el bienestar, esposa y madre de dos hijos.

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