5 hábitos educativos para mejorar la salud de los niños
La prevención es uno de los mejores sistemas para proteger la salud de toda la familia y, sobre todo, de los niños. Los hábitos de higiene, el cuidado dental, una buena alimentación e hidratación diaria son los pilares en los que se fundamenta una buena salud, que puedes mimar siguiendo estos 5 hábitos educativos para mejorar la salud de los niños, que puedes enseñar a tus hijos desde que son pequeños.
El cuidado de la salud comienza en nuestro propio hogar y, por este motivo, es fundamental empezar a educar a los niños en la prevención de ciertas enfermedades aplicando unas pequeñas pautas, que realizadas todos los días, acaban por convertirse en hábitos saludables. Con motivo de la celebración del Día Mundial de la Salud, Deanna Marie Mason, experta en Formación y Prevención sanitaria en la infancia, nos ofrece una serie de consejos para que los más pequeños aprendan a cuidarse desde edades tempranas.
1. Lavarse las manos previene enfermedades. Las manos transmiten por contacto una gran cantidad de enfermedades, sobre todo, cuando después nos tocamos la cara donde existen mucosas en la nariz, la boca o los ojos.
Aunque pueda parecer muy básica, la primera recomendación es acostumbrar a los niños a que se laven las manos frecuentemente. Este pequeño gesto cotidiano puede evitar el desarrollo de infecciones intestinales y respiratorias, fundamentalmente, debido que a las bacterias que han estado en contacto con las manos pasen al interior del organismo y originen una enfermedad. Por este motivo, Deanna Marie Mason asegura que “los niños deben aprender desde pequeños que hay que limpiarse las manos al menos antes de cada comida, utilizando jabón en la medida de lo posible y al estar fuera de casa, secarlas con un papel”.
– En la actualidad, solo 1 de cada 3 personas se lavan las manos después de ir al baño. Para un buen lavado de manos, es fundamental pasar, al menos 10 segundos bajo el agua, y unos 20 para los adultos.
– Las zonas en las que más gérmenes se acumulan son: debajo de las uñas y entre los dedos. Por este motivo es tan importante restregar bien en esas zonas, sobre todo con jabón, ya que es el mejor medio para eliminar los gérmenes.
– ¿Cuánto debemos hacer que los niños se laven las manos? Después de haber estado jugando en la calle, antes y después de comer, si estornudan, tras haber sacado la basura y paseado al perro o jugado con su mascota, y sobre todo, antes de salir del baño.
2. Cepillarse los dientes tres veces al día. Para una buena salud y lucir una sonrisa perfecta, Mason recomienda “prestar especial atención a la higiene dental. Desde el nacimiento de la primera pieza dental, lo más recomendable es empezar a limpiar la boca con un cepillo o pañito adaptado al bebé. Después, conviene hacer ver a los niños la importancia de cepillarse los dientes después de cada comida, es decir, al menos tres veces al día”.
Es importante empezar con este hábito lo antes posible para que el niño desarrolle su propia autonomía. De este modo, asimilará como propio el hábito y lo mantendrá a lo largo de toda su vida. Mantener la dentadura limpia no solo es importante para tener una sonrisa bonita, sino también para una mejor salud bucodental, ya que la placa puede provocar serias infecciones.
– Desde que empiezan a tener sus primeros dientes, elegir un cepillo adecuado para los niños es imprescindible. El tamaño debe ir en aumento a medida que el niño crece.
– Enséñales a no usar excesiva pasta de dientes, ya que con el tamaño de un grano de maíz es suficiente. Además, deben aprender a no tragarse el dentífrico y enjuagarse bien.
– Es importante enseñar la técnica de cepillado progresivamente al niño, y cuando empiece a hacerlo solo, supervisar para que su salud dental sea la correcta.
3. Beber suficiente, incluso cuando no se tiene sed. El agua es fuente de salud y entre los consejos básicos también se encuentra la mejorar la hidratación corporal mediante una correcta ingesta de líquidos. Siempre es más recomendable ofrecerles agua, leche y zumos de fruta naturales, intentando olvidar los refrescos y las bebidas azucaradas.
Una lata de refresco puede contener unas 10 cucharadas de azúcar, y las bebidas enérgéticas unas 22. Por este motivo, es importante controlar su ingesta de líquidos, para evitar este exceso energético, que puede causar obesidad y otras enfermedades relacionadas con la excesiva ingesta de azúcares.
4. Incrementar la ingesta de frutas y verduras. Aunque muchas veces cuesta que los niños se animen a comer frutas y verduras, lo cierto es que se trata de alimentos clave en su desarrollo. Conviene prestar atención al menú diario de los niños para proporcionarles las 5 raciones de frutas y verduras que necesitan, ya que este tipo de comida aporta nutrientes y vitaminas que protegen la salud de los niños.
Se recomienda que al menos la mitad de lo que comen sean frutas y verduras, ya que aportan vitaminas y minerales. Además, los cereales que se coman durante la infancia deberían ser enteros. Pero tampoco hay que olvidar los productos lácteos, que deberían ser al menos 3 diarios (un vaso de leche, un yogur o un trozo de queso).
5. Hacer deporte de forma habitual. Finalmente, para conseguir que los niños obtengan un desarrollo lo más completo posible, Deanna Marie Mason recuerda la necesidad de practicar deporte. “Para conseguir que los más pequeños crezcan de la manera más saludable posible, se calcula que deberían realizar una actividad física diaria de unos 60 minutos. Esta hora no tiene que ser deporte puro y duro, ya que con jugar, por ejemplo, al “pilla-pilla” los pequeños se mueven consiguiendo una gran actividad”, explica.
Marisol Nuevo Espín
Asesoramiento: Deanna Marie Mason, experta en Formación y Prevención sanitaria en la infancia,
Fuente: 5 hábitos cotidianos que garantizan su buena salud | www.hacerfamilia.com